La menor inversión pública así como la incertidumbre provocada por la serie de reformas constitucionales aprobadas a nivel federal, como la reforma judicial, ha provocado que la producción de la industria de la construcción vaya en picada.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reportó que en noviembre de 2024, el vapor de la producción de las empresas constructoras del país se derrumbó -24 por ciento, lo que representó la mayor caída desde junio de 2020 cuando bajó -26.1 por ciento, en la cúspide a la suspensión de actividades productivas por el COVID19, de acuerdo con datos sin estacionalizar.
Con ello, según información del organismo autónomo el indicador del valor de la producción total de la industria de la construcción se colocó en 91.6 puntos, muy lejos del máximo histórico de 135 unidades alcanzado en diciembre de 2007.
En su comparativo mensual y con datos ajustados por estacionalidad, resulta que el valor de la producción cayó -2.9 por ciento de octubre a noviembre de 2024.
En línea con la baja producción que reporta la producción de la industria de la construcción, resulta que el personal ocupado en dicho sector bajó -10 por ciento a tasa anual durante noviembre de 2024, lo que representó la mayor caída desde febrero de 2024 cuando disminuyó -10.3 por ciento.
De acuerdo con datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), el valor de la producción de dicha actividad alcanzó en 2023 un valor superior a los 1.5 billones de pesos, con lo que generó el seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), nacional.
A diciembre de 2023, se contabilizaron más de 27 mil 400 empresas relacionadas con la construcción. La Ciudad de México es la entidad federativa que concentra más negocios del ramo.