Menos optimista que en días pasados, la presienta Claudia Sheinbaum, afirmó que el gobierno de México está preparado a la imposición de aranceles de Estados Unidos a los productos nacionales, luego de que en días pasados aseguró que ello no sucedería, aunque confió en que el tema se resolverá en la mesa de diálogo.
Y es que a un día de cumplirse el plazo para que Estados Unidos empiece a cobrar los aranceles del 25 por ciento con los que amenaza el presidente de ese país, Donald Trump, la mandataria comenzó su conferencia matutina de este viernes diciendo que en ese tema “tenemos plan A, plan B, plan C, para lo que decida el gobierno de Estados Unidos”.
Sin embargo, dijo, que “vamos a esperar, como siempre he dicho, con la cabeza fría, tomando las decisiones. Estamos preparados”.
Puso como ejemplo el tema de la migración y dijo que “con respecto a nuestra soberanía y a los derechos humanos, hay acuerdos para la repatriación de nuestros connacionales, si es el caso de la llegada de alguna persona de otra nacionalidad, todo el tiempo hay acuerdos y hay una mesa permanente”.
Recordó que la imposición de aranceles no sólo afectaría a México, sino que también al propio gobierno de Donald Trump, ya que al ser socios comerciales, el impacto se traslada a todos los consumidores.
Al respecto, el secretario de Economía, Marcelo Ebrad, explicó el impacto negativo del incremento de impuestos en las familias estadounidenses debido a que México es el principal exportador de productos finales como autos, computadoras, televisores y refrigeradores, y habría menos disponibilidad de productos.
Habría problemas en las cadenas de suministro porque las tarifas altas tienen un impacto expansivo, no sólo en el corto plazo “sino que cada vez van creando un daño mayor”.
Habría un impacto en 12 millones de familias norteamericanas que de un día a otro tendrán que pagar 25 por ciento más al ser México productor de vehículos y autopartes y en el caso de computadoras serían 40 millones de estadounidenses afectados.
Al ser México número uno en exportación de pantallas, se afectaría a 32 millones de familias con un impacto de más de dos mil millones de dólares.
También dijo que uno de cada tres refrigeradores que hoy se venden en Estados Unidos se hacen en México, por lo que 5 millones de estadounidenses se verían perjudicados con la medida, además del impacto que habrá en el precio de frutas, verduras, carne y cerveza.
