Con el tradicional “Miércoles de Ceniza” arranca la temporada Cuaresma, y con ello, el consumo de pescado y mariscos reporta un crecimiento importante.
De esta manera, ante la mayor demanda de productos, los precios suelen registrar un alza estacional, acompañado de una disparidad de costos significativa: El kilo de mojarra, por ejemplo, tiene precios muy diferentes a lo largo de las diversas alternativas de abasto que existen, lo que obliga a los consumidores a comprar precios y calidad para evitar gastos innecesarios.
En ese sentido, la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), recomienda a la población revisar los resultados de su programa Quién es quién en los precios en el rubro de pescados y mariscos para conocer los precios máximos, mínimos y promedio de dichos productos de diferentes localidades del país, con el objetivo de elegir la mejor opción.

Por ejemplo, según la base de datos de dicho programa, resulta que el kilo de huachinango del golfo tiene un costo de 399 pesos en la tienda Hipermercado Soriana, de Canal de Miramontes (en la Ciudad de México), pero ese mismo producto tiene un costo de 249 pesos en el Sumesa de la colonia Roma de la capital del país, lo que implica una diferencia de 150 pesos (60 por ciento).
Otro caso es la mojarra de tilapia grande, el cual tiene un costo de 88 pesos en la tienda de La Comer de Avenida de Las Torres en la colonia San José del Olivar, mientras que en el Chedraui de la colonia Madero, se vende en 115 pesos, es decir, 27 pesos (30 por ciento), más caro.
Un testimonio más es el robalo del golfo, el cual tiene un costo de 220 pesos en la Central de Abastos de la Ciudad de México, pero en el Mega Soriana de San Jerónimo Lídice se vende en 429 pesos, lo que implica una diferencia de 209 pesos, equivalente a 95 por ciento.

Por lo anterior, es claro que resulta necesario que las personas apliquen un consumo inteligente y comparen precios y calidad para evitar gastos innecesarios que dañen la economía familiar.