Es conocido que para ganar se tiene que realizar el famoso grito: ¡Lotería!
Redacción
Hoy en día el juego de la lotería sigue siendo uno de los más populares en la cultura mexicana, el anunciar las cartas se llama “cantarlas” y es perfecto para las reuniones con amigos o familia, además de ser muy conocida en ferias. Este juego se convirtió en uno de los pasatiempos favoritos de los soldados mexicanos en la Guerra de Independencia, sin embargo su origen se remonta desde tiempo atrás.
El juego consta de 54 cartas para jugar que tienen ilustraciones, nombre y un número correspondiente por ejemplo: el pájaro, la mano, la luna, la sirena, el cotorro, el barril, etc. Además cuenta con algunas cartas más grandes las cuales están divididas en una cuadrícula de 4×4.
El objetivo del juego es ser el primero en completar su plantilla y depende de en qué orden salgan las cartas, convirtiéndolo en un juego de azar. Usualmente se utilizan frijoles, semillas o bolitas de papel para marcar el cuadro de la imagen.
Tuvo su origen en Italia en el 1400, pues en ese tiempo existía un juego llamado lotto, que consistía en elegir cinco números de 90, el ganador o ganadora era quien adivinara correctamente los números ganadores. Después llegaría a España quien se encargaría de llevar el juego a México a finales del siglo XVIII.
Se dice que al principio el juego se jugaba entre las clases altas de la Colonia, pero después se popularizó en los soldados, quienes posteriormente lo llevarían a sus familias y con ello se conocería en todos los rincones de México.
Si bien el juego era el mismo existían variaciones ya que no había una versión oficial, incluso el ilustrador mexicano José Guadalupe Posada creó una versión de lotería que incluía dos personajes más: el perverso y la seductora. Con el tiempo se popularizó en las ferias del país, las cuales hacían también sus propias versiones, hasta que llegó el empresario francés Clemente Jacques.
De acuerdo con el libro Lotería! Un mundo de imágenes. Las loterías de figuras en Campeche y México de José Enrique Ortiz Lanz, el francés llegó a México en 1880 y siete años después ya había establecido un negocio de industria embotelladora en Campeche. Jaques utilizó la impresión para promocionar sus productos en ferias mundiales como el caso de la salsa de tomate.
En ese mismo año comenzó a importar artículos como el juego de la lotería, naipes, granos, semillas y alimentos enlatados. Para 1913 creó formalmente y registró la marca de lotería con el nombre “Pasatiempos El Gallo”, utilizando el símbolo de este animal, emblema nacional de su país de origen, esta lotería es la que hoy en día seguimos usando.
El autor explicó que la lotería del francés retomó figuras de otras y canceló algunas, tal es el caso de la carta “Adán y Eva”, la carta de “La muerte”, “El sol” y “La Luna” están vinculadas al tarot. Mientras que algunas las quiso parecer más dulces como “El diablito”, un término común en las expresiones mexicanas.
La carta “El negrito” era una imagen de burla en el siglo XIX, Clemente Jaques cambió el sentido de la imagen y quiso hacer una representación cariñosa al retratarlo como bailarín. Enrique Ortiz afirmó que cartas como “La escalera, “La mano” o “El gallo” están relacionadas con los símbolos de La Pasión, esta última remite al apóstol San Pedro.